Nacho Urbón: “Lo importante de un retrato no es la belleza del rostro, sino la actitud del fotografiado”
Nacho Urbón es fotógrafo especializado en retratos corporativos. Apasionado de la fotografía, trabaja desde hace más de una década con empresas como l’Oréal, Accenture y Gas Natural Fenosa y ha realizado sesiones fotográficas con actores y modelos como Irina Shayk, Andrés Velencoso o Clara Lago, actriz con la que aparece en la fotografía anterior en una sesión fotográfica para Maybelline.
¿Cómo consigues transmitir los valores y la cultura de una empresa a través de los retratos de su equipo?
Para mí es importante que mis obras tengan un sentido de honestidad e integridad con la persona retratada. Al final los cimientos/valores de las empresas tienen ese nexo en común: requieren transmitir autenticidad. Lo que intento es que la persona “se reconozca” en el retrato. De nada vale si salen muy guapos o atractivos si no se reconocen en la foto final.
Cierto es que cada empresa es única y quiere transmitir una actitud. La semana pasada estaba en el despacho de abogados de Alberto Ruiz Gallardón, unos días después con la actriz Clara Lago para Maybelline … distintas caras de una misma moneda. Al final todos tienen una necesidad de mostrarse accesibles y de “carne y hueso” para hacer llegar su producto, que son ellos mismos.
Tu experiencia te permite saber en tan solo unos instantes cómo va a ser de difícil realizar el retrato de una persona. En la primera impresión, ¿qué es aquello en lo que te fijas para obtener esta información tan valiosa?
La gente no se da cuenta, pero el miedo y las inseguridades se ven al instante. A los pocos segundos soy capaz de percatarme de los complejos de cada uno. A veces es que no están cómodos con algún kilo de más que han ido acumulando, otras veces no estás contento con tus dientes, las mandíbulas se aprietan en exceso por el nerviosismo, la papada, las arrugas, las manos…
Otras veces son los miedos infantiles y las presiones familiares. Hace poco en una consultora, una ejecutiva de unos 55 años hacía muchos esfuerzos por cerrar la boca, a pesar de tener una dentadura bonita, quizá un pelín grande, pero era parte de su autenticidad y le pegaba sonreír y enseñarla porque además era risueña y simpática. Tirando y tirando del hilo me contó que durante la sesión tenía una voz “grabada a fuego” en su cabeza: su madre le decía constantemente que cerrara la boca y que no la enseñara. Y ahí estaba esa inseguridad medio siglo después. Otro problema es la imagen que tenemos cada uno de un momento “de explosión”, energía y belleza externa en la juventud, que ha ido cambiando con el tiempo y que aún no lo asumimos.
La consecuencia de no “llevarlos a tu terreno” y hacerles olvidar estas inseguridades, conllevaría un retrato de una persona tensa y que trasmitiría incomodidad para el receptor y, por tanto, desconfianza. El mensaje sería muy dañino para mis clientes.
Esto sucede muy a menudo. Miramos un retrato en la prensa o en redes sociales y un sexto sentido nos hace ponernos en alerta. No sabemos que le está sucede a esa persona, pero por algún motivo sabemos que no se está mostrando “tal cual es”, que está tensa, que algo sucede, pero tiene “cura”.
¿Es posible mostrar la mejor versión de uno mismo en tan solo un instante?
Por supuesto. Intento hablar con ellos antes y crear una atmósfera en cierto modo de complicidad. El truco para que la “cámara te quiera” no depende de tener una belleza especial, ni de saber posar (aunque por supuesto esto ayuda), lo que la cámara capta es una actitud. Para entenderlo, me gusta poner el ejemplo de 5 chicas que se hacen un selfie de grupo: cuando la “guapa” se ve en la foto raramente se gusta. Como se lo tiene “algo creído”, se muestra menos natural al posar, sobre actúa y eso la penaliza. Sin embargo, la aparentemente “fea” desprende una luz especial, por que se muestra tal cual es, sin artificios. La gente quiere ver buenas energías.
Es curiosa la reflexión que realiza el fotógrafo Outomuro sobre lo que significa ser fotogénico: “Como profesional, más de una vez he pensado en qué consiste ser fotogénico, es difícil expresarlo. Todos tenemos un punto en que la cámara nos quiere, nos favorece, pero hay que saber encontrarlo; pienso que tiene que ver con el fondo de cada uno”. “Una persona quizá no tenga los cánones de belleza que hoy prevalecen, pero sí una espontaneidad y una actitud ante la cámara que la convierten en fotogénica”.
Aseguras que la empatía y comprender la estrategia del cliente es crucial para obtener el mejor resultado durante una sesión fotográfica. ¿Cómo consigues que aquellas personas más tímidas se relajen y muestren su mejor cara?
Hay que relajarse para ser uno mismo. A veces les pido que recuerden un pensamiento placentero para robarles en ese instante fugaz. No se trata de mirar a la cámara, se trata de que miren al objetivo como si miraras a alguien, con el sentimiento que se quiera. Muchas veces les pregunto a mis clientes cómo quieren mostrarse ante el mundo y qué información quieren transmitirle cuando vean su retrato.
A veces les comento que es una pena que, teniendo tan buen currículum, con los años de esfuerzo que seguro que han necesitado para conseguirlo, cuando surge una buena oportunidad de negocio, les buscan en sus perfiles de LinkedIn y ven un currículum de 10 pero una foto de 5. La primera impresión es muy importante, y tener una mala foto te “castiga” porque no generas confianza.
Cuando me cuesta mucho conseguir mi objetivo y no me queda más remedio, me pongo práctico y les digo que un buen retrato te puede durar hasta 7 años. Les explico que, si no le ponemos remedio, van a seguir viéndose en LinkedIn o en un congreso donde hay una pantalla ocupando toda una pared, con un retrato suyo que detestan y que les fastidia aún más que lo vea el resto de los congresistas. Luego les pregunto: ¿por qué no nos trabajamos esta foto que te va a ahorrar 7 años de incomodidades? ¿vas a dejar perder esta oportunidad? Funciona el 98% de las veces.
En fotografía corporativa, ¿es mejor priorizar las situaciones naturales y espontáneas? ¿Cómo se consigue esta naturalidad a la hora de realizar los retratos y fotografías de una empresa durante una sesión?
No dejándoles pensar. Hay que ser suficientemente rápido para mantener la atención pero que no reparen en “donde les estoy metiendo”. Hay que evitar el vértigo. Casi nadie ha nacido actor y, por tanto, no se les puede pedir que estén mucho tiempo concentrados en un ambiente que no controlan.
Por otro lado, hay que conseguir aislarlos utilizando pantallas, que coloco estratégicamente, para que no se sientan observados. Si lo que buscamos es espontaneidad y “verdad”, hay que hacer sesiones cortas pero muy productivas.
Durante tu trayectoria, has fotografiado a diferentes generaciones del mundo empresarial. ¿Ha cambiado mucho la imagen que proyectan actualmente los jóvenes con respecto a la de sus generaciones anteriores?
¡Totalmente! La imagen de los jóvenes y la de las empresas a las que se han unido. Uno de los primeros sitios donde lo noté fue en ACCENTURE, con la que trabajo desde 2006. Es muy buen ejemplo de empresa que se ha modernizado a la velocidad de la luz con unos resultados increíbles. Y esto no lo podía hacer sin apostar por perfiles jóvenes, ya que tecnología y juventud van unidas de la mano. Ahora prácticamente han desaparecido las corbatas, no tienen un puesto de trabajo físico fijo en las empresas y se tratan más de “tú a tú”.
Hace 3 meses realicé un banco de imagen como ejecutiva de una chica de unos 26 años, con diferentes actings y fondos, moviendo las manos como en una conferencia, con imágenes “robadas” para dotar de estética cuidada toda su imagen corporativa. Su objetivo era llegar alto en la empresa y utilizaba LinkedIn para proyectar sus opiniones y apariciones en congresos. Hace unes semanas volvía a hacer un trabajo similar a un joven ejecutivo de GOOGLE, para su uso personal en redes sociales. Que las nuevas generaciones trabajen su propio banco de imagen con esmero para proyectarse era impensable hace pocos años.
¿Por qué deberían las empresas realizar sesiones fotográficas a sus empleados, para actualizar su imagen en redes sociales como LinkedIn? ¿Cómo consideras de importante la imagen que proyecta un empleado para la empresa? ¿La foto de perfil es importante para construir marca personal?
El capital humano de la empresa es uno de sus principales valores, por ello cuando se muestra a los empleados con unos buenos retratos, positivos y con actitudes de “querer escuchar”, estamos reforzando los pilares de la empresa. Son su alma y corazón, la parte más humana y visible.
Con un buen retrato, el empleado se convierte en representante de las bondades de la empresa, actuando como “Brand advocates” de la misma. Por otro lado, que todos los retratos tengan una misma estética refuerza la sensación de grupo y trabajo en equipo. Remando todos al mismo compás.
Cuando no nos conocen, somos lo que parecemos, y si esa primera impresión no es buena y genera pocas ganas de conocernos estaremos perdiendo una oportunidad que no sabes si se repetirá. Nunca podemos saber cuántos trenes buenos pasarán por delante nuestro. No dejemos que la falta de “cariño” a la hora de tratar nuestra imagen personal condicione nuestro futuro.
Podéis ver el trabajo de nachourbon en este link.